¿Puedes imaginarte al dueño de la mina, con sus encajes, o a los soldados, bajando y bajando por el pozo de chimenea hacia la obscuridad? ¡No bajarían aquí por nada del Mundo! Ellos son muy valientes para pasearse por allá arriba, pero ¿de qué servirían sus espadas y sus gritos en esta obscuridad? Aquí abajo me gustaría verles un día…