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Elena G. De White

Los Embajadores

Después de la muerte de Cristo, los discípulos estaban desanimados. Abrumados por la depresión y la desesperación, se reunieron en el aposento alto y cerraron las puertas por temor a la amenaza real de ser partícipes del destino de su amado Maestro. Para ellos, la resurrección de Jesús lo cambió todo. Durante cuarenta días, Cristo permaneció en la Tierra preparando a los discípulos para que llevaran a cabo la obra que les fue confiada. Sus palabras de despedida determinaron el rumbo de sus vidas: «Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo» (Mat. 28:19, 20). Los Embajadores describe el inicio de la iglesia cristiana y presenta la historia de hombres y mujeres que se entregaron por una causa. Es un relato emocionante de cómo Dios puede usar a las personas más inesperadas para el cumplimiento de la misión. Las experiencias registradas aquí muestran el poder del Espíritu Santo obrando por medio de quienes le permiten actuar en su vida y llevar la luz del mensaje del evangelio cerca y lejos.
352 printed pages
Copyright owner
Bookwire
Original publication
2019
Publication year
2019
Translator
Carolina Ramos
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Quotes

  • sarayloredohas quoted5 years ago
    a iglesia es el medio escogido por Dios para la salvación de los hombres. Su misión es llevar el evangelio al mundo. Por medio de la iglesia se hará manifiesta, aun a las “fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales” (Efe. 6:12) el despliegue final y completo del amor de Dios.
  • Carmen Ledezmahas quoted5 hours ago
    Los sacerdotes y los gobernantes se conformaron con una religión legalista. Pensaban que su propia justicia era suficiente. No aceptaron la buena voluntad de Dios para con los hombres como algo independiente de ellos mismos, sino que la relacionaban con sus propios méritos, por causa de sus buenas obras. La fe que obra por amor no podía hallar cabida en la religión de los fariseos.

    En cuanto a Israel, Dios declaró: “Pero fui yo el que te planté, escogiendo una vid del más puro origen, lo mejor de lo mejor. ¿Cómo te transformaste en esta vid corrupta y silvestre?” (Jer. 2:21, NTV).

    “La viña del Señor Todopoderoso es el pueblo de Israel; los hombres de Judá son su huerto preferido. Él esperaba justicia, pero encontró ríos de sangre; esperaba rectitud, pero encontró gritos de angustia” (Isa. 5:7). “No han cuidado de las débiles; no se han ocupado de las enfermas ni han vendado las heridas; no salieron a buscar a las descarriadas y perdidas. En cambio, las gobernaron con mano dura y con crueldad” (Eze. 34:4, NTV).

    El Salvador se alejó de los líderes judíos para conceder a otros los privilegios de los que habían abusado y la obra que habían descuidado. La gloria de Dios debía ser revelada, su Reino debía ser establecido. Los discípulos fueron llamados a hacer la tarea que los líderes judíos no habían hecho.
  • Carmen Ledezmahas quoted5 hours ago
    Dios deseaba que Israel fuese como manantiales de salvación en el mundo. Las naciones del mundo habían perdido el conocimiento de Dios. Lo habían conocido antes, pero “no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón” (Rom. 1:21).
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