Antes de la abolición de la esclavitud, de la desaparición de la servidumbre y de la llegada de la revolución industrial, no se hablaba como tal de jornada laboral, que corresponde al tiempo en que el trabajador se obliga a prestar los servicios que son materia del contrato de trabajo.
La reglamentación de este concepto fue necesaria con la industria, entonces, durante finales del siglo XIX y comienzos del XX, se comienzan a implementar leyes alusivas al trabajo y a su desarrollo en el tiempo. Al comienzo del siglo XX, se implementó lo que se conoce actualmente como la legislación laboral moderna, que buscaba la institucionalización de algunos conceptos del derecho del trabajo; una de estas nociones reguladas es la duración de las jornadas de trabajo diarias, con unos límites que a su vez permitieran el descanso de los trabajadores.