Se busca novio

además de eso, Oliver me hizo levantarme a las siete. Lo cual, no exagero, es lo peor que le puede suceder a un ser humano.

Metí mi mano en la de Oliver y pasamos un rato sentados, sin hablar. Y me sentí bastante seguro de que el amor era así: confuso, terrorífico, desconcertante y lo bastante liviano como para salir volando como un papel barrido por el viento.

—Soy yo. —La voz de Oliver sonó ligeramente ronca, aunque menos destrozada que la mía.

—¿Y?

—Seguro que es el puñetero Oliver, ya lo verás.

—¿Qué estáis haciendo? —les dije—. Todos tenéis trabajos, y algunos de ellos bastante importantes. No puede ir en serio que pretendáis hacer un viaje de cinco horas en coche hasta Durham solo para ver cómo me rechaza un abogado.

Estoy seguro de que esto equivale a un secuestro.

—Ooh —exclamó Bridget—. Oliver es abogado. Llama a su puerta y pregúntale.

—Te follaré, Lucien —dijo,

—Oye —empecé—. Lamento haber…

Pero él me empujó contra la pared y me besó.

Y apenas habíamos pasado al vestíbulo cuando se me echó encima como si yo fuera un brownie vegano.

acabamos en el sofá, él entre mis piernas y sujetándome las manos contra el cojín, en una maraña de jadeos, cuerpos que se arqueaban y mucha, muchísima ropa