Con los años, la bolsa se convirtió en un accesorio indie-hípster en el que la gente metía libros pesados, llaves pequeñas, billeteras o maquillaje que eran muy difíciles de encontrar cuando se necesitaba. Existió una época en que no había nada más cool que tener una bolsa del pan. Ahora las tote bags están en todas partes, dado el apocalipsis del microplástico, y la gente las acumula detrás de las puertas y a veces hasta las usa; como bolsos, o lo que sea. El mundo cambia, quiero decir, y el tiempo pasa rápido. Pero cargar un arma de fuego en una bolsa de tela, (incluso una de cañón corto como la que elegí) siempre resultará insoportablemente incómodo.