Los 43 de Iguala

Sólo recuerdo la verdad y reto que anunció Walter Benjamin: gracias a los que han carecido de esperanza, nos es dada la esperanza

Debo hablar de lo que nadie quiere ya hablar. Contra el silencio, contra la hipocresía, contra las mentiras, habré de recordarlo

las reacciones de duda y sospecha ante aquella narrativa oficial tan desacreditada reflejaban una ruptura profunda entre el gobierno y la sociedad, y apuntaban a la debilidad de sus fundamentos como Estado-nación, en tanto país en el presente y hacia el futuro

Todo ello indica la carencia de un Estado de derecho en México

El rechazo de los familiares de las víctimas y los que se adherían a su causa fue completo, sobre todo por la explicación acerca de cómo se habría incinerado al aire libre a los 43 en un día de lluvia en el que nadie vio una hoguera en la zona señalada: algunos expertos señalan que, en las condiciones descritas por las autoridades, es imposible tal acción. Se habría requerido un crematorio

Mueren dos veces al cancelarles la memoria

Los testimonios, los hechos acontecidos, en manos del fiscal se anulan, se borran. La palabra se oscurece y extingue en lo impío de la autoridad perversa

A lo largo de 2014 y ante el hallazgo de un centenar de osamentas en Guerrero, las autoridades minimizaron o soslayaron los hechos: adujeron que se trataba de hechos aislados. Y rechazaron las recomendaciones de la ONU al respecto

la comparencia ante el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU en Ginebra de los familiares de los 43, que expresaron su queja contra el Estado mexicano

Con el fin de contrarrestar la caída de su gobierno, cuya aprobación popular descendió del 46 al 39 % en el último tercio de 2014,95 el presidente Peña Nieto anunció un plan sobre legalidad y justicia para fortalecer el Estado de derecho.96

Ese anuncio coincidió con el hallazgo de 11 cuerpos de personas ejecutadas, decapitadas y casi calcinadas en un municipio de Chilapa de Álvarez, en el estado de Guerrero