En cuanto a las presuntas virtualidades del ABP para el logro de la equidad educativa y la inclusión, hemos visto cómo el informe de la Universidad de Durham desmiente ampliamente buena parte del discurso en el que se basan muchos de sus defensores, constatándose efectos negativos en la alfabetización del alumnado de clases más desfavorecidas. Si a esto añadimos la falta de claridad y de definición en lo que se considera habitualmente como ABP y la variedad de concepciones, a veces incluso incompatibles entre sí, y la consiguiente dificultad a la hora de obtener evidencias sólidas que guíen su implantación, la tendencia legislativa a adoptar el Aprendizaje Basado en Proyectos como metodología cuasi única solo puede calificarse, desde el punto de vista de la mínima prudencia en política educativa, como temeraria y, además, como hemos señalado, como un ejercicio de totalitarismo pedagógico sin precedentes