—Pues no, no puedes. —Dejo caer la tela sobre mi regazo—. Para empezar, nadie puede entrar así como así en los Archivos y leer lo que le dé la gana. Tienes que presentar una solicitud que luego cualquier escriba puede rechazarte. Y solo una pequeña parte de los escribas originales hablan tyrrish, lo cual implica que se tardaría años en traducir todos los textos, e incluso en ese supuesto no disponemos de volúmenes históricos de más de cuatrocientos años en los Archivos, que yo sepa. Todos son sextas, séptimas y octavas ediciones. La lógica nos dice que ella tiene razón. —Señalo a la muchacha que hay unas filas más allá—. Se perdieron cosas durante las traducciones.
Parece dispuesto a discutírmelo.
—Cadete Trebor, yo que tú tendría en cuenta el detalle de que la cadete Sorrengail ha pasado más tiempo en los Archivos que cualquiera de los presentes en esta aula, y luego pensaría en una respuesta inteligente —dice Devera arqueando una ceja.