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Andrés Barba

Agosto, octubre

La tensión de la adolescencia de Tomás llega a un punto de no retorno cuando viaja con su familia, como todos los años, al pequeño pueblo de veraneo en el que suelen pasar las vacaciones. Bajo la blanda inactividad veraniega todo empieza a suceder de pronto como en un encadenamiento inaplazable: el descubrimiento del sexo y de la violencia, la muerte, la transgresión… Tomás se descubre a fogonazos, como si no pudiera evitar que su inteligencia fuese un paso por detrás de sus acciones, hasta que la dinámica de las cosas le lleva a participar en un acto que no puede perdonarse a sí mismo. Es entonces cuando se siente obligado a sentarse frente a la única persona que le puede juzgar y perdonar.
Agosto, octubre es una de esas novelas que tiene el valor y la maestría de agarrar del cuello, en toda su complejidad, a esa edad tan ambigua, desprotegida y violenta de la adolescencia. Andrés Barba resuelve el tapiz con la maestría psicológica que le ha convertido en uno de los escritores de referencia de su generación en uno de sus textos más logrados y conmovedores: un cóctel explosivo entre el Pavese de El bello verano y los adolescentes de Gus Van Sant en Elephant.
100 printed pages
Original publication
2010
Publication year
2010
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Quotes

  • Carmen Jordana Roldánhas quoted9 days ago
    ¿Es el recuerdo así? ¿Es Marita-romano el recuerdo o es el recuerdo como la aflicción: algo que se derrumba y luego se restaura, como un enjambre pacificado? ¿Hay de verdad un porche en el que juegan al pañuelo o es el recuerdo lo conmocionado, lo que está detrás del pañuelo y de él mismo cuando la bolsa de caramelos se tropieza y cae de bruces provocando una enorme preocupación colectiva? El recuerdo es y no es una mentira, lo sabe, lo sabrá.

    Nos hace dudar de la veracidad de los hechos

  • Carmen Jordana Roldánhas quoted9 days ago
    Lo único que le producía cierto consuelo era saber que ésas eran las calles que recorría Marita, que ésas eran las personas con las que se cruzaba si salía, que ésos eran los árboles, ésa era la ría y ésa era la tierra que pisaba
  • Carmen Jordana Roldánhas quoted9 days ago
    Sólo el dolor era real. El dolor físico. Sólo el dolor tenía la capacidad de sostener y ordenar todo, de localizarlo en unos límites precisos.

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