Meditaciones

8. El principio rector es aquello que despierta y se mueve por sí mismo, cambia como quiere y hace que aparezca todo de la manera que desea.

17. No vivas como si fueras a hacerlo durante mil años aún.

Pues aunque comience a divagar, no le faltarán la respiración y la alimentación ni tampoco la capacidad de imaginación, el impulso y todo lo demás. Pero se habrán ido extinguiendo en él antes el dominio correcto de sí mismo, la exactitud en darse cuenta de los deberes, la discriminación de los fenómenos, el decidir con claridad si ya conviene quitarse la vida uno mismo46 y todas las cosas similares que requieren absolutamente de uno un razonamiento bien ejercitado.

La duración de la vida humana no es sino un instante, su sustancia fluye y su percepción es borrosa. La composición de todo su cuerpo es fácilmente corruptible; su alma es un rombo giratorio; su fortuna, difícil de calcular; su fama, incierta.

injuria a sí misma especialmente el alma del hombre cuando se convierte en un absceso o un tumor del universo. Pues cualquier reproche ante las cosas que ocurren es una rebeldía contra la naturaleza, en la que, en parte, quedan contenidas cada una de las restantes naturalezas particulares

vida más larga y la más breve, pues lo presente es igual para todos y lo que se pierde también es igual. Y lo que se ha dejado atrás se muestra como un momento tan solo, pues nadie puede perder lo pasado y lo porvenir.

hubieras de vivir tres mil años, o mil veces más, en cualquier caso, recuerda que nadie pierde otra vida que la que tiene ni vive otra vida que la que pierde.

Nada es más triste que aquel que da vueltas en círculo a todas las cosas y, como dicen, va investigando «las cosas de bajo tierra

Cuán velozmente desaparecen todas las cosas. En el universo los cuerpos, en la eternidad sus recuerdos. Y cómo son todas las cosas sensibles, especialmente las que nos seducen con placeres, las que nos aterran con dolores o las que son aclamadas por la vanidad: cuán inútiles, despreciables, sucias, efímeras y muertas.

sean tus actos tus palabras y tus pensamientos tales como los de un hombre que puede abandonar la vida en cualquier instante.