según las doctrinas correctas, sino que, tras fracasar, mejor comienza de nuevo, y alégrate si haces en la mayor parte cosas más propias de un ser humano. Ama aquello a lo que regresas y no vuelvas a la filosofía como si fueras un simple pedagogo, sino haz como los cortos de vista que usan una esponja y un huevo a modo de cataplasma o para hacer un ungüento.