No hay tormento comparable al del periodista en México. El artesano se basta a sí mismo, conoce su oficio, pero el periodista tiene que ser no solo Homo Duplex sino el hombre que, como dice Valhalla, puede dividirse en pedazos y permanecer entero. Debe saber cómo se hace pan y cuáles son las leyes de la evolución; ayer fue teólogo, hoy economista y mañana hebraísta o molinero: no hay ciencia que no tenga que conocer ni arte en cuyos secretos no tenga que estar familiarizado. La misma pluma con que bosquejó una fiesta o un baile, le servirá mañana para escribir un artículo sobre ferrocarriles y barcos […].
Ok