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Bal Khabra

Collide

  • Yesenia Ríos Gonzálezhas quoted3 days ago
    Pero ¿por qué hockey? Elegiría fútbol, baloncesto, incluso curlin, da igual. —¿Dalton tiene equipo de curlin?

    —Ese es el problema, que te da igual. Tiene que ser algo que te importe, algo que te inspire sentimientos fuertes, por eso te digo el hockey.

    Odio que tenga razón
  • Yesenia Ríos Gonzálezhas quoted3 days ago
    No hay razón para que no pueda elegir baloncesto. El entrenador Walker estaría encantado de dejarme trabajar con uno de sus jugadores.

    —El entrenador Kilner ya ha accedido a dejar que uno de mis estudiantes trabaje con uno de sus jugadores. Entrégame tu propuesta para el viernes u olvídate de la plaza, señorita Preston. —Cuando gira en su
  • Maya Cardielhas quoted4 months ago
    ¿Cuál fue tu primera impresión de mí?
    —Que me acostaría contigo si no me miraras como si fueras a patearme en las pelotas. —Su sonrisa engreída me hace poner los ojos en blanco—. ¿Y la tuya?
    —Que eras un idiota. —Él resopla y se venga mordiéndome la oreja, por lo que suelto un chillido—. Pero tenías unos ojos bonitos —añado.
    —¿Unos ojos bonitos? —repite con sequedad—. ¿Eso es todo?
    —Tú has dicho que te acostarías conmigo, eso no es un cumplido.
    —¿Bromeas? —Me hace girar para quedar de frente—. Ni siquiera quería que me gustaras. Pero no podía apartar los ojos de tu culo.
    —¿Cuándo me mirabas el culo? —Intento ignorar la rigidez entre mis muslos.
    —Siempre que tenía oportunidad. —Sonríe y me da una palmada en el trasero.
  • Maya Cardielhas quoted4 months ago
    Estoy bastante seguro de que lo último que deseabas era salir con un jugador de hockey.
    —También enamorarme de uno —replica y se queda helada—. Eh… —La beso antes de que continúe.
    —Lo sé. —Apoyo la frente en la suya y tomo su rostro entre las manos—. Está bien.
    —Yo no…
    —Eres mía para siempre, Summer. Si esas palabras surgen ahora o en diez años, estaré aquí para escucharlas. Te quiero muchísimo.
  • Maya Cardielhas quoted4 months ago
    —¿Corriste hasta aquí bajo la lluvia? —Saberlo me conmueve. Ella asiente con la cabeza, al tiempo que caen gotas de sus pestañas a sus mejillas y hacen que parezca un sueño mojado. Doy un paso hacia ella, porque estoy seguro de que explotaré si no la toco ahora mismo. Le seco las gotas de las mejillas con delicadeza—. ¿Dejarás de fingir ya, Summer?
    —Dímelo tú. —Me coge por los hombros y sus labios chocan con los míos en un espectáculo de fuegos artificiales.
    Sin perder el tiempo, la levanto en mis brazos, ella rodea mi cintura con las piernas y, presionándola contra el marco de la puerta, devoro sus labios en un devoto beso. La lluvia y el intenso viento se convierten en ruido de fondo para los sonidos dulces en mi boca. Summer sabe a mía. Siempre ha sido así.
  • Maya Cardielhas quoted4 months ago
    Me encuentro con Summer empapada en la entrada.
    —Tenías razón —afirma con las manos en las caderas y el pecho agitado. Me quedo mirando su cuerpo mojado incapaz de hablar—. Mi cita intentó besarme. —Mi cuerpo irradia un calor cargado de violencia. Al parecer, mi discurso no aplacó mis celos. Summer pone los ojos en blanco—. Tranquilo, no pasó nada.
    —¿Por qué no? —Siento la garganta irritada al tragar.
    —Porque no podía dejar de pensar en ti. Porque cada vez que me hacía un cumplido o me tocaba, deseaba que fueras tú. Porque cuando se me acercó en el coche, le dije que había alguien y vine corriendo aquí.
  • Maya Cardielhas quoted4 months ago
    La respuesta es decepcionante, pero, antes de que pueda decir más, una chica me empuja y me hace caer en el regazo del extraño.
    La mirada de halcón en mi espalda se vuelve más intensa.
    El hombre posa una mano en mi cintura para mantenerme en el sitio y, a pesar de mi decisión de no mirar alrededor, echo un vistazo hacia donde están los chicos hablando a gritos y mi mirada impacta con un par de ojos verdes. Aiden está apoyado contra la pared, mirándome de brazos cruzados y bebiendo despacio sin prestar atención a sus compañeros. Aunque su postura casual parece tranquila, su mirada es fría. La punzada en mi corazón amenaza con partirme en dos y tengo un nudo en la garganta. De repente, la idea de compartir una copa con este hombre o de que siquiera me toque me provoca escozor
  • Maya Cardielhas quoted4 months ago
    —¿Qué puedo decir? Nuestros hijos tendrán suerte de que sea su padre —digo sin pensarlo, lo que me deja helado, pero la incomodidad dura un segundo antes de que Summer se eche a reír.
    —Estás loco si crees que pariré a un hijo con tu cabezota. Será mejor que tu esposa tenga las caderas anchas. —Eso despeja la tensión de mi pecho.
    —Lo añadiré a mi lista. Caderas anchas para bebés cabezones.
    —Y no te olvides de añadir que esté dispuesta a padecer con tu idiotez.
    —¿Eso haces conmigo? ¿Sufrir? —Solo asiente con la cabeza, porque la mitad de su atención está en el portátil. Me acerco para apartarlo de sus piernas y ella no se queja cuando la agarro del tobillo para atraerla a mí. El trabajo queda abandonado, lo que me conmueve, porque nunca abandona los libros, pero ahora solo está enfocada en mí. Huele tan bien que hundo la nariz en el dulce aroma de su cuello—. ¿Consideras esto sufrimiento?
    —Sí —jadea al sentir mi erección—. Una absoluta tortura.
    Subo su blusa blanca mirándola para obtener su permiso, pero ella no pierde tiempo y termina de quitársela. Sus pechos libres están tan cerca de mi boca que tengo que alejarla de mi regazo para fingir que mantengo la compostura. Después, le coloco el cabello detrás de su hombro y acaricio cada centímetro de piel desnuda, excepto donde ella quiere. Recorro el contorno de su cuerpo y de sus pechos, por lo que emite un gemido frustrado. Entierra los dedos en mis hombros y, cuando la miro, sus ojos están en llamas.
    —Estoy semidesnuda en tus piernas, Crawford. No tienes que ser un genio para saber lo que quiero que hagas.
    —Sé lo que quieres. —Me acerco sin tocar sus pezones ansiosos—. Siempre sé lo que tu cuerpo quiere de mí, Summer, pero también sé que así te gusta. Quieres que te haga desear, que te haga sufrir. —Mi respiración recorre su piel erizada cuando beso con suavidad el camino entre sus pechos. La mano que presionaba mi hombro asciende hasta mi nuca.
  • Maya Cardielhas quoted4 months ago
    —Ven a ver el partido esta noche —le pido. Ella hace una mueca, yo suspiro—. Dame una buena razón para no hacerlo. —Nunca he invitado a una chica a un partido, pero tener a Summer sentada entre el público me irá bien.
  • Maya Cardielhas quoted4 months ago
    —Hace tantos años que soy entrenador que ya he escuchado casi todas las excusas. Vosotros, chicos, a veces os olvidáis de que también fui deportista universitario. Vuestras mentiras no me engañan.
    —Esperaba un mensaje. —Exhalo resignado.
    —De la chica de la ducha. —Summer me mataría si supiera que tiene ese apodo. Asiento con la cabeza, aunque no es una pregunta.
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