sían y hablaban, hablaban, cosían y cortaban; entre tanto, yo jugaba debajo de la mesa con los alfileres, el jaboncillo, y me repetía a mí misma lo que escuchaba, palabras que estaban entre la tristeza y la amenaza: cuando no sabes retener a un hombre lo pierdes todo, historias femeninas de sentimientos acabados, qué pasa cuando una mujer muy amada se queda sin amor, sin nada.