Nunca me había planteado nada más allá de toda la cuestión de «morir por el bien del mundo». Cuando estás vivo, no te paras a pensar en cómo vas a pasar tu tiempo una vez que estés muerto. Sólo imaginas que desaparecerás, y el resto ya se irá viendo.
O bien piensas que realmente no te vas a morir. Que vas a ser la primera persona en la historia del universo que no tendrá que morir. Tal vez sea una especie de mentira que nuestro cerebro se cuenta para impedir que nos volvamos locos mientras estamos vivos