El grano de café

No era un trabajo o una profesión, sino una misión en su vida, y sabía que al final lo que importaba no era cuánto dinero tuviera en la cuenta corriente o cuántos premios hubiera recibido. Lo que de verdad le importaba era la diferencia que provocaba en la vida de la gente.

Dejó de ver a su mujer y a sus hijos como regalos de la vida y empezó a verlos como obligaciones que tenía que mantener. Miró la hipoteca, los dos coches, las facturas del médico y las deudas de la tarjeta de crédito, y vio a su familia como personas cuyas vidas dependían de él

si estás dispuesto a aprender del fracaso, saldrás más fuerte

En la academia pensaban que a través del fracaso los cadetes se harían más fuertes, astutos y estarían mejor preparados. Aquellos que no conseguían aprender del fracaso eran los que abandonaban y, a través de ese proceso, la academia descartaba a unos y hacía más fuertes a otros