Monstrua. Antología de diez escritoras mexicanas

A últimas fechas me aplico el rubor de forma horizontal, simulando un bronceado ligero, un beso de sol, sumamente erotizante y naíf.

Recuerdo que las señoras guardaban un peculiar gusto por mis pestañas.

Me enseñaron que el amor para que fuera
verdadero, debía doler.
Un cuerpo es un mapa, un territorio.

Nuestro cuerpo recuerda
aun aquello que la
memoria olvida

Nadie nos dijo que un cuerpo es
una casa, mi casa

La poesía no es más
que una versión pirata
de Dios.

Esta es mi primera carta de amor, para la mujer que nunca voy a ser.

quiero dejar de ahogarme porque esa es la manera más bella de morir, ceder a la profundidad de las cosas que no entiendo y hacerme una con ellas.

un mundo horrible la única forma coherente de sobrevivir que entiendo es desde las vísceras,

Me permito ser más allá de mí, en la vastedad de todo lo que vive y siente.