Nunca podré agradecerle lo suficiente a mi padre que me introdujera en esa belleza, en el mundo de las historias, en el lugar que me ha hecho más feliz. Eso, ahora lo sé, es lo que me gustaría haberle dicho cuando aún tenía la oportunidad.
ocasiones especiales, los lectores, como escribió Toni Morrison, somos capaces de sobrepasar la letra escrita y leer la tinta invisible que el autor ha dejado en la página
Un hombre que no tenía donde caerse muerto solía pasar buena parte de sus días en una de esas bibliotecas; trabajaba en correos por un salario mínimo y le encantaban los libros. Cuando cogió el ejemplar de Pregúntale al polvo, se volvió loco. Aquel John Fante le parecía el mejor escritor que había leído.
El hombre se llamaba Charles Bukowski y pronto se convertiría en una celebridad.