—Guau, ok. Orgasmos. Eh… —Se aclaró la garganta—. Hay muchas señales, pero las mujeres no son todas iguales. En general, ellas… —Volvió a aclararse la garganta—. ¿Por qué esto es tan difícil? —Rio un poco.
—Muy bien, ya que eres tan maduro como un niño de nueve años, yo comenzaré —dijo Quan—. Los sonidos son verdaderamente engañosos. En general, cuando tienes a una mujer ruidosa, está fingiendo, y quiere que el sexo se termine porque no le está gustando. Es más efectivo observar su cuerpo. Cuando una mujer está a punto de acabar, se tensa y levanta las caderas. Se ruboriza. Y cuando llega el orgasmo, convulsiona, fuerte y rápido. Quizás todo su cuerpo comience a temblar. Si prestas atención, lo sentirás en tu pene, dedos o lengua, lo que sea que estés utilizando. Es espectacular.