«¡Saltan sobre el mar!».
«Son delfines. Son unos animales preciosos y dicen que muy listos» le explicaba Lasgol.
«Yo también listo».
«Sí, tú también lo eres, nadie dice que no, pero dicen que, de todos los animales, los delfines son de los más inteligentes».
«Entonces no cazar».
«Exacto. Nunca se debe cazar delfines».
«¿Poder tener uno?».
«No».
Ona gimió lastimera. Ella también quería tener un delfín.
Lasgol no podía creérselo. Se llevó la palma de la mano a la frente y negó con fuerza.
«No podemos tener un delfín. No es un animal que uno pueda tener, tienen que ser libres y surcar los mares con otros delfines».
«Yo querer un delfín».
Ona se unió a la petición con otro gemido.
«Sois de lo que no hay».