Holly Black

La reina de nada

Notify me when the book’s added
To read this book, upload an EPUB or FB2 file to Bookmate. How do I upload a book?
  • Myrehas quoted3 years ago
    —Y tú. —Me mira y curva los labios para formar algo que no termina de ser una sonrisa; es algo más y menos que eso—. Todo me resultaba ajeno, pero a ti te reconocí en todo momento.

    Y cuando me besa, siento que al fin puedo volver a respirar.
  • Solange Anahihas quotedlast year
    No lo fuerces, Jude. Deja que fluya.
  • Johana Oses dominguezhas quoted3 years ago
    si no podía ser mejor que mis enemigos, entonces me volvería peor que ellos. Mucho mucho peor.
  • Maira Salazarhas quoted5 days ago
    Me observa con unos ojos negros de contorno dorado, con el atisbo de una
  • Maira Salazarhas quoted5 days ago
    —¿Taryn? —inquiere Cardan, y el sonido de su voz me resulta tan familiar que me estremece.
  • Maira Salazarhas quoted5 days ago
    —Taryn Duarte —dice un caballero, interrumpiendo mis sombríos pensamientos. Su voz es fría, su armadura de plata grabada lo identifica como miembro de la guardia personal de Cardan—. Esposa de Locke. Debes situarte en la zona de los suplicantes.
  • Maira Salazarhas quoted5 days ago
    ¡No lo sé! —exclama, alzando una mano—. Tal vez para fastidiar a su hermano. Pero tú eres humana, así que pensé que sabrías apreciar ese gesto. Y también te envió un vestido. Para la coronación.

    Lo recuerdo: ese vestido de fiesta con los colores de la noche, que tenía bordado el contorno de una arboleda y
  • Maira Salazarhas quoted5 days ago
    Búrlate de mí cuanto quieras. Da igual con qué fantaseara en aquel entonces, ahora soy yo el que suplicaría de rodillas para recibir una palabra bonita de tus labios. —Sus ojos negros están cargados de deseo—. Eres mi condena eterna.
  • Maira Salazarhas quoted5 days ago
    Una cataplasma. Extrae las toxinas de la sangre y acelera la curación del paciente. Por desgracia, no previene los comentarios sarcásticos. —Saca unos vendajes de su chaqueta y se da la vuelta hacia Cardan—. Deberías irte.

    —Esta es mi habitación —protesta, ofendido—. Y esta es mi esposa.

    —Ya, no dejas de repetirlo a todas horas —replica Bomba—. Pero voy a quitarle los puntos, y no creo que te apetezca verlo.

    —Quién sabe —añado—. A lo mejor le gustaría oírme gritar.

    —Claro que me gustaría —dice Cardan, levantándose—. Y puede que algún día lo consiga.

    De camino a la salida, me desliza una mano por el pelo.
  • Maira Salazarhas quoted5 days ago
    —¿Qué queréis decir? —inquiere Randalin—. Ella es…

    —Ella es mi esposa —dice Cardan, haciéndose oír entre la multitud—. La legítima reina suprema de Elfhame. Y su exilio ha terminado.

    A mi alrededor resuenan los bramidos estupefactos de los feéricos, pero ninguno está tan conmocionado como yo.
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)