Siento que las bisexuales tenemos ese superpoder: la norma no nos puede confrontar con su manual porque no aparecemos en él, podemos llegar a ser fantasmas que no sabes por dónde van a aparecer, difíciles de identificar y por tanto, de atrapar. Y a quien lucha contra la norma desde la oposición más evidente podría parecerle que esta no es realmente una forma de lucha, pero te digo que mires dos veces, que rompas ese binarismo que aseguras combatir y te des cuenta de que si en la diversidad ocupamos espacios distintos, eso nos brinda un suculento abanico de imaginativas formas de destrozar el heteropatriarcado.