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Elisa Coll Blanco

Resistencia bisexual

  • Eliuth Bransonhas quoted2 days ago
    A menudo las uniones más fuertes que hay entre nosotras se han construido desde la premisa de la amistad y, más frecuentemente de lo que nos gustaría admitir como feministas, se han destruido a partir de relaciones sexoafectivas. Estoy convencida de que, más allá de conflictos teóricos, las capas más profundas de esta división y este rechazo tienen que ver con el amor romántico y el papel central que acaba teniendo en nuestra forma de configurar nuestro círculo social.
  • Eliuth Bransonhas quoted3 days ago
    Sheila Jeffreys, una de las voces fundadoras del lesbianismo político, afirmaba en 1999: «Algunas feministas bisexuales muestran una considerable ingenuidad sobre por qué no nos fiamos de ellas en la comunidad lésbica [...] Algunas feministas bisexuales escriben sobre el lesbianismo como una especie de hogar de acogida al que ir para repararse y lidiar con sentimientos de baja autoestima o curarse de abuso sexual, antes de volver a los hombres con más fuerza y conocimiento [...] Cuando las mujeres reconocen, como feministas bisexuales, que aman a las mujeres, es difícil entender por qué eligen involucrarse en relaciones con quienes las someten a un desempoderamiento».
  • Eliuth Bransonhas quoted3 days ago
    De hecho, indagar en el deseo junto a alguien es uno de los actos más íntimos que se me ocurren.
  • Eliuth Bransonhas quoted3 days ago
    A mí me da la sensación, además, de que aquí se usa el amor romántico como medidor de calidad de la bisexualidad: es más válida una bi con novia estable que una bi que se enrolla con chicas cuando sale de fiesta. Cuanto más se parezcan nuestras prácticas a los mandatos del amor romántico, a la norma —a la heteronorma— más validez tendremos y más en serio se nos tomará.
  • Eliuth Bransonhas quoted4 days ago
    El mencionado trabajo de la investigadora Paula Rust muestra cómo esa negación de las bisexuales como sujeto político se basa en la asunción de que este colectivo no tiene unas circunstancias, necesidades o intereses específicos, sino que éstos pueden ser achacados a «la parte hetero» o «la parte lesbiana» según toque, lo cual lleva a la conclusión de que las bis se aprovechan del trabajo de liberación realizado por las lesbianas sin involucrarse ni respaldarlo de verdad.
  • Eliuth Bransonhas quoted4 days ago
    Las bisexuales eran o bien leídas como lesbianas que no querían soltar sus privilegios heterosexuales y por tanto no lo suficientemente comprometidas con la causa, o bien reconocidas como bisexuales y por tanto como una amenaza a nivel político y personal hacia las lesbianas.
  • Eliuth Bransonhas quoted4 days ago
    Tristemente, la bifobia ha estado muy presente en las comunidades lesbianas vinculadas con el feminismo radical.
  • Eliuth Bransonhas quoted4 days ago
    Hay otro problema con la gente bisexual y trans además de no ser suficientemente queer: también son «demasiado queer». Las organizaciones políticas mainstream de gays y lesbianas, en un intento de crear legitimidad política, tratan de convencer a la mayoría heterosexual de que los gays y lesbianas son «igual que tú», esto es, igual que el mainstream estadounidense. Las webs bisexuales, sin embargo, apoyan posturas no-monógamas, como el poliamor y la polisexualidad.
  • Eliuth Bransonhas quoted4 days ago
    Esta estrategia hacía mucho más fácil tolerar la homosexualidad porque, en vez de cuestionar el orden heteronormativo de la sociedad, lo asimilaba, de modo que no suponía una amenaza para ningún eje de opresión. En consecuencia, dejaba fuera a toda persona lgtbiqa+ que no pudiera o quisiera adherirse al status quo: aquellas que no fueran gays o lesbianas (o gays y lesbianas que tuvieran una visión crítica del sistema), pero también quienes no fueran blancas, cis, de clase media, con cuerpos normativos...
  • Eliuth Bransonhas quoted10 days ago
    Generalizar hablando de privilegio heterosexual en personas bisexuales significa limitar la experiencia personal a lo visible, dejando fuera la bifobia interiorizada, la salud mental, la salud física, la violencia en espacios privados, la violencia institucional, la falta de recursos y un largo etcétera si empezamos a trazar intersecciones con otras opresiones, como puede ser el caso —y vuelvo a hablar desde el yo— de la violencia de género o la violencia sexual, ambas entendidas de forma incompleta si seguimos sin contemplar el papel de la bifobia en todo esto.
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