—¿Todavía sigues diciendo, Sócrates, las mismas cosas que te oí decir hace mucho tiempo?
Y Sócrates le respondió:
—Sí, Hipias, y, lo que es más sorprendente todavía, no sólo digo las mismas cosas siempre, sino que sigo hablando de los mismos tópicos. En cambio tú, como eres un erudito, nunca dices lo mismo sobre los mismos temas.
—Descuida, siempre intento decir cosas nuevas.2