La Odisea

Dicen que las cosas malas les vienen de nosotros, y son ellos quienes se atraen con sus locuras infortunios no decretados por el destino.

ámense los unos a los otros, como anteriormente; y haya paz y riqueza en gran abundancia.

los dioses le compadecían, a excepción de Poseidón, que permaneció constantemente irritado contra el divinal Odiseo hasta que el héroe no arribó a su tierra.

Odiseo, que tan gran necesidad sentía de restituirse a su patria y ver a su consorte, hallábase detenido en hueca gruta por Calipso, la ninfa veneranda, la divina entre las deidades, que anhelaba tomarlo por esposo.

Comiéronse las vacas de Helios, hijo de Hiperión; el cual no permitió que les llegara el día del regreso. ¡Oh diosa, hija de Zeus!, cuéntanos aunque no sea más que una parte de tales cosas.

destruir la sacra ciudad de Troya

¡ea! habla y dime con sinceridad si eres el hijo del propio Odiseo.

Aquileo; allí, Patroclo

Contados son los hijos que se asemejan a sus padres, los más salen peores, y tan solamente algunos los aventajan.

de hablar nos cuidaremos los hombres y principalmente yo, cuyo es el mando en esta casa.