Más tarde fue la piedra de escándalo, como en la calle de Génova, junto a la iglesia de La Votiva en el Paseo de la Reforma, cuando se le antojó ir a misa de una, la más concurrida y la más popoff, y gritar en el alto silencio de la elevación: “¿Saben, hipócritas?, tuve un aborto”.
También salía al Paseo de la Reforma, frente al Ciro’s en la esquina del hotel Reforma a gritar desnuda bajo su abrigo de mink: “Yo soy la reina de la noche”.