Pero poco tiempo después, sus vínculos con otros eruditos de ese círculo religioso se volvieron conflictivos. Deseoso de evitar situaciones que lo distrajeran de sus proyectos, se alejó de su comunidad. Según se sabe, se habrían hecho toda clase de esfuerzos para retenerlo en la ortodoxia judía, hasta se le habría ofrecido un estipendio anual con la sola condición de que asistiera ocasionalmente a los oficios religiosos. Spinoza rechazó cada uno de los ofrecimientos de la congregación