No callarás

Ser sobreviviente y ser víctima no es lo mismo, constituirnos sobrevivientes implica una elaboración más compleja del trauma, a su vez no quiere decir que sea un lugar estanco al que llegamos, muchas veces el rol de víctima vuelve a apoderarse de nosotras y no estamos en control de la situación.

Qué gran contradicción: quienes hablamos pagamos el precio de hablar, cuando los únicos que deberían pagar el precio por lo que rompieron son los victimarios.

Romper el silencio no quiere decir hacer una conferencia de prensa, quiere decir encontrar espacios donde decir nuestra verdad. Sacarlo de nuestras cabezas donde la escena se repite una y otra vez y poder ponerle palabras.

Vivir en silencio rara vez es una elección consciente. Creo que hay personas que pueden vivir para siempre con ese dolor porque el sistema hizo todo para que crean que su palabra no vale.

Rompí el silencio porque callarme era más caro incluso que saber que iba a recibir ataques de odio y una lluvia de mentiras para intentar desprestigiarme, como hacen con todas las personas que se animan a desenmascarar a los supuestos ciudadanos ejemplares.

La Justicia debería ser reparadora, y aunque aún no lo sea, vamos a seguir golpeando sus puertas para que se haga cargo de esta realidad que explota en su cara.

El dolor no sólo te rompe a vos, es una bomba que explota cuyas esquirlas continúan cayendo a lo largo del tiempo, dañando también nuestro entorno. A veces, incluso, a través nuestro, porque la ira y la impotencia son tan grandes que rompés lo que hay cerca.

cuidarnos en el modo en que rompemos el silencio. Aunque no sea justo, es necesario. Es importante entender las reglas de un mundo que nunca priorizó a las víctimas y que para obligarlo a mirar el horror e incitarlo al cambio, debemos pensar de estrategias. La víctima estratega molesta.

cuáles son los patrones comunes que nos llevan a callarnos.

Recién ahí comprendí, que en un mundo guiado por la conveniencia y el oportunismo, mi palabra, mi lucha y mi trabajo resultan “sospechosos” porque persiguen la intención de hacer un mundo un poco mejor. En estos tiempos de supremacía individualista, las luchas colectivas suenan pasadas de moda.