No son pocos los asedios críticos que en los últimos años se han venido haciendo a la institución literaria y a la construcción de un canon (o cánones) de autores y obras del Siglo de Oro. Por lo general, los estudios sobre estos problemas se han abordado prestando atención, como es lógico, a las preceptivas literarias, la configuración de nóminas autoriales, la imitación de los modelos de autoridad o la incidencia que puedan tener el mercado del libro, la institución educativa o los cenáculos académicos en la creación de un determinado gusto lector.
El presente volumen pretende reflexionar sobre otro instrumento de sanción: la relación entre vida y escritura que marca la biografía, independientemente de que esta se conciba como un discurso de orientación ficcional o con aspiraciones historiográficas. Y todo ello en el contexto de una diacronía extensa en donde los agentes implicados se esfuerzan por construir imágenes individuales —propias o ajenas, pretéritas o coetáneas— que apuntan hacia nociones como las de posteridad, canon o república literaria.