Sarah Buchanan no podía evitar recordar los momentos de pasión que había compartido junto a Houston Jericho.
Su primera experiencia había sido ver Fantasías ardientes, una película porno que después se habían apresurado a imitar en privado. Pero Houston no había tardado en marcharse de la ciudad y Sarah había abandonado aquella vida tan salvaje. Aunque lo cierto era que siempre había lamentado no terminar lo que había empezado con él…
Habían pasado doce años y Houston acababa de reaparecer en la vida de Sarah. Él seguía siendo tan desinhibido como antes y parecía empeñado en volver a sacar el lado salvaje de ella.