Un puñado de flechas

el tiempo es relativo, y de haberlo querido, lo hubiera encontrado. Es relativo hasta que deja de serlo y se vuelve duro como un diamante

No se necesitan más libros en este mundo, pero la sensación de estar absorbida por la escritura es una tarea de placer exquisito porque te exime de la realidad. A estar en estado de escritura, no al libro en sí, es a lo que aspiro cada mañana.

Una vez estuvo lloviendo un mes entero en Londres, pero para María la lluvia caía del cielo como una canción pegadiza y nada le podía importar menos que el clima en esos días en los que tenía todas las horas para sí misma

. «Hay muy poca gente capaz de apreciar el arte sin desear poseerlo», decía el vendedor Peter Wilson

Con el patrocinio de Adam Verver, Charlotte puede brillar como un azulejo damasceno, ahora ella también es «un producto raro y especial»

Luego, por un precio un poco más elevado, se procura una esposa.

Coleccionar es llenar un agujero

De Lima se trasplantó a Chicago. Llegó a los veinticinco años como abogado del estudio Baker Mackenzie. Aterrizó sin hablar inglés y aprendió el idioma leyendo las letras de las canciones en un disco de vinilo de los Beatles que escuchaba, en medio de una habitación desnuda, en un tocadiscos portátil Philips.

Augusto II el Fuerte, el mayor coleccionista de porcelana del siglo XVII, decía: «El deseo de comprar se parece a la necesidad que tenía de chico por comer naranjas». Su pasión desenfrenada lo llevó a encarcelar a un joven alquimista, Johann Friedrich Böttger, con el fin de que este descubriera la fórmula de la porcelana blanca, hasta entonces un secreto solo conocido en China y Japón. Cuando Böttger finalmente perfeccionó la receta en 1709, Augusto fundó la manufactura de Meissen, la primera fábrica de porcelana europea, y, tras ello, comenzó a soñar con el suntuoso palacio que albergaría todos sus objetos. Pero esa es otra historia.

Sé de memoria que convertir lo fugaz en eterno es la historia del espíritu humano a través de las formas, pero para ser sincera no tengo la más remota idea de cómo se logra, y aunque ahora intente explicarlo, es un manotazo de ahogada