sé si todo va a ir bien. Tal vez no. Tal vez pienses que no puedes caer más bajo y luego mires un día y te des cuenta de que ha empeorado mucho. —Bajé la vista a mis manos, las manos que habían bajado a mi hermana mayor de la soga después de que se colgara en el garaje de mis padres—. Tal vez no puedas salir de la cama por las mañanas con esa seguridad. Quizás ese momento nunca llegue. Lo único que puedes hacer es intentar encontrar un nuevo equilibrio, un nuevo punto de partida. Encontrar el amor que queda y aferrarte a eso. Y un día las cosas serán menos grises, menos sosas. Un día tal vez descubras que vuelves a tener una vida. Una vida que te hace feliz.