Su fingido matrimonio era la tapadera perfecta para atrapar al peligroso delincuente que estaba vendiendo niños a parejas desesperadas. Pero, mientras que para el agente de la CIA Hunter Couviyon aquella misión a vida o muerte no era ninguna novedad, fingir ser el amante esposo de Eden Carlyle era demasiado duro para él, pues el deseo que sentía era completamente real. Y lo peor de todo era que sabía que si no la hubiera abandonado hacía siete años, ahora ella no estaría en peligro…