El apasionado beso de un desconocido despertó una pasión que no podía rechazar.
Abandonada en el paraíso, la despreciada novia Kimmie Lancaster tomó la decisión de disfrutar de su luna de miel a toda costa. Pero no sabía que la playa en la que acababa de entrar con sus amigos pertenecía al multimillonario Kristof Kaimos.
El magnético carisma de Kristof la animó a hacerle todo tipo de confesiones, avivando un deseo que no había sentido en toda su vida. Y, cuando quiso darse cuenta de lo que pasaba, se descubrió dispuesta a pasar su fracasada noche de bodas con el irresistible griego.