Puntualmente, las consecuencias económicas y políticas de la Revolución francesa estallaron en Birmingham. En 1789, Guillaume Foucault, que se dedicaba a obtener armas para el ejército francés, visitó la famosa fábrica de Boulton en el Soho para divulgar las excelentes oportunidades que la revolución creaba para el suministro de botones de cobre y hebillas para las tropas[171].