Los guapos

Los fantasmas son de verdad principio de todo lo moderno

Se ha perdido, en el bosque. Solo le falta el lobo

Entonces Adrián cae en la cuenta de que la pantalla está reflejando algo a su espalda. Se gira. Y ahí está. El fuego. El incendio. El horizonte en llamas, el fuego vivo arrasando los campos de arroz, el fuego fallero, el fuego folclórico y caníbal y bestia, el fuego turístico y barato y eficaz, acabando con todo lo que se le pone por delante

como conseguir lo que uno quiere, verdad, para creer que está conquistando el porvenir, el futuro, venciendo a la desgracia y a la muerte para siempre, pero eso no es así

Además, te has salido con la tuya, no hay nada

Camping. Exterior. Noche. A eso de las tres de la madrugada, cuando no es verdad que todos duermen.

Vicente sigue ahí clavado, haciendo rodar el balón bajo su pie, despacio, con las manos en las caderas, como si tuviera todo el tiempo del mundo y el viento fuera siempre a moverle el pelo como ahora mismo, una brisa que solo soplara para él, el héroe indescifrable, el héroe sin usar

No sabe qué hacer con ella, pero por lo visto ella sí sabe qué hacer con él

Va sin casco, tiene el pelo grande, espeso, rizado, lleno de ideas

Así será el destino de la civilización, piensa, perros solos paseando a su aire por el mundo incivilizado y gratis