Viviane Élisabeth Fauville

A veces, me parece que ella es la madre y yo la hija, y termino pensando que en estas condiciones no sirve de nada proveerla de productos fármacos: no me va a defraudar.

De repente ya no era usted la que se iba de los lugares, eran los lugares los que giraban a su alrededor, alzándose de todas partes, piso, paredes, cielorraso chocaban en una repentina inversión de dimensiones.

La ventana no tiene cortinas. Parece estar clavada en la pared como un boceto, un mero estudio de perspectiva, en el que los rieles y los cables eléctricos que salen de la gare de l’Est representarían las líneas de fuga.

Estoy, desde que estoy, aquí, y mis apariciones en otros lados han sido ratificadas por terceros.
SAMUEL BECKETT, El innombrable

Por fin usted la toma en sus brazos para mecerla distraídamente de derecha a izquierda, hacia arriba, hacia abajo, y las cosas se vuelven cada vez más borrosas

A pesar de lo borroso de sus recuerdos, se siente muy libre

se desvanece en el agujero que es ahora su memoria.