Libérame

Estás bien, querida? ¿Cómo te encuentras?

Estoy muy mareada y confundida, porque lo quiero, lo quiero a él y también quiero a Adam,

Por favor. Por favor, no me dispares por esto.

Y me besa.

Estoy… estoy locamente enamorado de ti…

Sí —dice, y traga saliva—. Lo dije. Lo digo. Quiero ser tu amigo. —

Asiente y noto el ligero movimiento en el aire que nos separa—. Quiero ser el amigo de quien te enamoras desesperadamente. El que tienes en tus brazos y en tu cama y en el mundo privado que tienes atrapado en tu cabeza. Quiero ser ese tipo de amigo —dice—. El que memoriza las cosas que dices así como la forma de tus labios al decirlas. Quiero conocer todas las curvas, todas las pecas, todos los estremecimientos de tu cuerpo, Juliette…

Te deseo —dice—. Lo quiero todo de ti. Te quiero por dentro y por fuera y dejándote sin respiración y muriéndote por mí como yo me muero por ti. —Lo dice como si tuviera un cigarrillo encendido en la garganta, como si quisiera untarme en miel caliente—. Nunca ha sido un secreto.

No puedo ser yo misma si necesito que alguien me sostenga constantemente.

Le paso la chaqueta. La coge. Se sienta en el suelo. Y, en lugar de ponérsela, se cubre el regazo.

Que me vaya a la mierda —responde Warner— no significa que algún día seas digno de ella.

Pero ojalá no malgastaras tu cariño en alguien que tiene que suplicar por tu amor.