Entre 1918 y 1921, el Ejército Rojo derrotó a una serie de adversarios: al Ejército Blanco (desde la Revolución francesa, todos los ejércitos contrarrevolucionarios se llaman «blancos»), formado por antibolcheviques patriotas y prozaristas; a los liberales y los socialrevolucionarios; a los campesinos y los anarquistas urbanos; a los movimientos de las minorías nacionales; a las fuerzas intervencionistas de Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Japón.