Tan solo el 25% de los niños con traumas sexuales puede pedir ayuda hablando, el resto guarda su secreto por terror a las amenazas del agresor; mecanismos de defensa; vergüenza o porque aún no ha aprendido a hablar. Sin embargo, a pesar de esto, los niños siempre piden ayuda mediante otros tipos de lenguajes, por ejemplo, el dibujo o el juego.
Este es un libro muy valioso que nos enseñará que cada dibujo es una radiografía del alma, de la dinámica de la personalidad y del estado psíquico y emocional del niño/a.
Por todo esto, está altamente recomendado para psicólogos, psicopedagogos, docentes, abogados y actores judiciales, asistentes sociales, psiquiatras, pediatras, mamás y papás, y todo aquel que trabaje en relación con las infancias.