Deja de valorar más lo externo que lo interno, de confiar más en lo de fuera que en lo que palpita en tu interior. Aprende a valorarte, aceptarte y amarte.
Y ese maestro es en parte tu niño interior; ingenuo, sincero, sencillo, valiente, creativo, emprendedor, mágico, enérgico, sensible, libre y soñador.