Pinocho, en el capítulo diecinueve de la novela de Collodi, trata de imaginar lo que haría si tuviera cien mil monedas y se convirtiera en un acaudalado caballero y sueña con poseer un hermoso palacio y una biblioteca «llena de frutas confitadas, tortas, pan dulce, almendrados y pasteles rellenos de nata»