La ciencia contemporánea confirma la frustración de Ortega y Gasset en su intento de llegar al “silencio absoluto”:
El lugar más silencioso de la Tierra, una cámara anecoica en Orfield Laboratories, en Minnesota, es tan silencioso que nadie ha logrado soportarlo durante más de 45 minutos.
En su interior no hay ningún sonido. Tal es así que el ruido de fondo de hecho se mide en decibeles negativos: -9,4 dBA. Steven Orfield, el fundador del laboratorio, dice en una entrevista con el sitio Hearing Aid Know: “Desafiamos a la gente a que se siente en la cámara en la oscuridad. Una persona se quedó 45 minutos. Cuando no hay ruido, los oídos se adaptan. Mientras más silenciosa sea la habitación, más cosas se oyen. A veces es el latido del propio corazón, a veces son los pulmones, o el gruñido del estómago. En la cámara anecoica, el sonido pasa a ser uno mismo”