Hernán Díaz

Fortuna

  • sebalidijoverhas quoted2 years ago
    el dinero es una ficción; bienes de consumo en forma de pura fantasía, ¿entiendes? Y eso es doblemente cierto en el caso del capital financiero. Las acciones, los valores, los bonos. ¿Crees que alguna de las cosas que compran y venden esos bandidos del otro lado del río representan algún valor real y concreto? No, para nada. Las acciones, los valores bursátiles y toda esa porquería no son más que promesas de un valor futuro. Así pues, si el dinero es una ficción, el capital financiero es la ficción de una ficción.
  • Rafael Ramoshas quoted4 days ago
    Y estoy citando a Marx. Porque el dinero representa la existencia divina de los bienes de consumo. Los bienes reales y concretos (estos zapatos, esta hogaza de pan) no son más que la manifestación terrenal de esa idea divina (todos los zapatos posibles, el pan que ni siquiera ha sido cocido todavía). El dinero es, como dijo Marx, el dios de los bienes de consumo. Y esa –con la palma vuelta hacia arriba trazó un arco que abarcaba todo el downtown de Manhattan– es su ciudad santa.
  • Rafael Ramoshas quoted4 days ago
    ¿Inofensiva, la ficción? Mira la religión. ¿Inofensiva, la ficción? Mira a las masas oprimidas, satisfechas con la suerte que les ha tocado porque se han creído las mentiras que les imponen. La historia misma es una pura ficción; una ficción provista de ejército. ¿Y la realidad? La realidad es una ficción con presupuesto ilimitado. Nada más. ¿Y cómo se financia la realidad? Pues con otra ficción: el dinero. El dinero está en el centro de todo. Una ilusión que todos hemos acordado sostener. De forma unánime. Podemos discrepar en otros asuntos, como los credos o las afiliaciones políticas, pero todos estamos de acuerdo en la ficción del dinero y en que esa abstracción representa unas mercancías concretas. Todas las mercancías. Míralo. Está todo en Marx. El dinero no es una sola cosa, nos dice. Es, potencialmente, todas las cosas. Y por esa razón no está conectado con nada.
  • Rafael Ramoshas quoted4 days ago
    El dinero es una mercancía fantástica. Una fantasía. Ni lo puedes comer ni te abriga, pero representa toda la comida y toda la ropa del mundo. Por eso es una ficción. Y eso mismo lo convierte en el patrón con el que valoramos todas las mercancías. ¿Qué comporta eso? Pues que el dinero se convierte en el bien de consumo universal. Pero recuerda: el dinero es una ficción; bienes de consumo en forma de pura fantasía, ¿entiendes? Y eso es doblemente cierto en el caso del capital financiero. Las acciones, los valores, los bonos. ¿Crees que alguna de las cosas que compran y venden esos bandidos del otro lado del río representan algún valor real y concreto? No, para nada. Las acciones, los valores bursátiles y toda esa porquería no son más que promesas de un valor futuro. Así pues, si el dinero es una ficción, el capital financiero es la ficción de una ficción.
  • Rafael Ramoshas quoted9 days ago
    Mi padre odiaba con todas sus fuerzas a Giovannitti, pese al buen corazón y las todavía mejores intenciones del poeta. Y es que la peor literatura, decía mi padre, se escribe siempre con las mejores intenciones. Y así es como aprendí también yo a odiar aquellos poemas.
  • Rafael Ramoshas quoted9 days ago
    Mi primer libro, una recopilación de cuentos, se publicó cuando yo tenía nueve años. Uno de los relatos trataba de una conspiración de peces y de sus planes fallidos para deponer a la humanidad y conquistar la tierra firme. La infeliz heroína de otra de las historias era una niña que se moría por partes, una extremidad por vez, hasta quedar reducida a un ojo.
  • Rafael Ramoshas quoted9 days ago
    En un gesto codicioso y cómico, el edificio reclamaba para sí la historia entera, no solo el pasado sino también el mundo por venir.
  • Rafael Ramoshas quoted11 days ago
    Después de contemplar un rato la fachada, me doy cuenta de que no es el edificio lo que estoy mirando, sino mis recuerdos, que lo cubren como papel de calco.
  • Rafael Ramoshas quoted11 days ago
    Toda vida se organiza en torno a un pequeño número de acontecimientos que nos impulsan o nos frenan en seco. Pasamos los años que median entre esos episodios beneficiándonos de sus consecuencias o padeciéndolas, hasta que llega el siguiente momento decisivo. El valor de un hombre lo establece el número de esas circunstancias definitorias que es capaz de crear para sí mismo. No siempre necesita tener éxito, porque puede haber gran honor en la derrota. Pero ha de ser el actor principal de las escenas definitorias de su existencia, así de las épicas como de las trágicas.
  • Rafael Ramoshas quoted11 days ago
    Era demasiado frágil y buena para este mundo, y se nos apagó demasiado pronto. Las palabras no bastan para expresar lo mucho que la echo de menos. El mayor don que he recibido fueron los años que pasé a su lado. Me salvó. No hay otra forma de decirlo. Me salvó con su amor a la belleza y su amabilidad. Me salvó creando un hogar para mí.
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