¿Inofensiva, la ficción? Mira la religión. ¿Inofensiva, la ficción? Mira a las masas oprimidas, satisfechas con la suerte que les ha tocado porque se han creído las mentiras que les imponen. La historia misma es una pura ficción; una ficción provista de ejército. ¿Y la realidad? La realidad es una ficción con presupuesto ilimitado. Nada más. ¿Y cómo se financia la realidad? Pues con otra ficción: el dinero. El dinero está en el centro de todo. Una ilusión que todos hemos acordado sostener. De forma unánime. Podemos discrepar en otros asuntos, como los credos o las afiliaciones políticas, pero todos estamos de acuerdo en la ficción del dinero y en que esa abstracción representa unas mercancías concretas. Todas las mercancías. Míralo. Está todo en Marx. El dinero no es una sola cosa, nos dice. Es, potencialmente, todas las cosas. Y por esa razón no está conectado con nada.