Aunque haga esfuerzos continuos por olvidar mi pensamiento, me sucede á veces cuando no tengo cuidado, que se meten todos á la vez en mi memoria como si de repente se abriera la exclusa. No me queda otro partido que tomar en estas ocasiones que abandonarme al torrente que me arrastra y mis ideas se hacen entonces tan negras, todos los objetos me parecen tan lúgubres, que acabo ordinariamente por reír de mi locura, de manera que el remedio se encuentra en la misma violencia del mal.