Al final del miedo

Ella cree en el azar –en realidad en un destino manifiesto–, siempre ha pensado que su vida se rige bajo los designios escritos por algún ser o esencia superior. C

Tal vez el parche en la cabeza ayudaría a frenar la caída de los más entrañables. Se dice que olvidamos por orden de importancia, existía una ligera esperanza de que aún conservara en su cerebro lo esencial.

porque reconoce que las mujeres son educadas para ser presas

El espejo, que no puede faltar en ningún bar que se precie de serlo, estaba ahí para que el buen borracho pueda seguir su monstruosa transformación alcohólica.

A él le gusta lo práctico, lo útil, lo nuevo, porque dura más.

Él siempre en su lugar, ecuánime, tranquilo,

Tendría que dejarse de hablar a sí mismo en voz alta, una manía insoportable que le exasperaba un poco. Suspiró para recuperar el control.

El enfado no se hizo esperar cuando notó que le quedaba solo un cigarrillo y no había café. Echó un ojo a su reloj, eran las 10:40. Demasiado temprano para un trago.

–Los hechos dicen otra cosa.
–Los hechos se manipulan, depende del punto de vista de quien los observa.

–Usted no comprende. No acaba de entender esto. Le resulta más fácil darse la vuelta y decir: está loca.