Dolores. Sí, exacto. Sonreímos porque nos sentimos confundidas, porque nos sentimos vulnerables. No sabemos muy bien cómo conseguir lo que queremos, cómo navegar por la vida, así que nos comportamos «de forma muy femenina». En eso consiste todo en realidad, ¿no? Ser masculina es pasar a la acción, ser femenina es sonreír.