Mi amiga Emilie Conrad, creadora del Continuum Movement,3 enseñaba cómo la energía del eros (palabra griega que significa ‘amor íntimo’) es lo que hace que nuestras células se enciendan, lo que nos permite habitarnos plenamente. De hecho, es la fuerza creativa de la vida misma, alimenta nuestro gozo y nuestra razón de ser. Sin embargo, el tercer mito intenta convencernos de que nuestras sensualidad y sexualidad básicas son fuerzas malignas y tentadoras.