La poesía es un recurso valiosísimo para expresar lo bello, lo bueno y lo verdadero, trascendentales del ser tan vapuleados en estos tiempos en los que nos toca vivir. Creemos que el verdadero poeta debe tener una connaturalidad anímica e idiomática con la dimensión religiosa del ser humano, dimensión un tanto olvidada cuando no despreciada por esta sociedad religiofóbica o al menos indiferente a realidades más altas. Esta obra intenta ser un rescate, una búsqueda y finalmente un encuentro con esa apertura trascendente de todo ser humano que culmina en el conocimiento místico religioso con Dios, único fin plenamente saciable debido al soplo espiritual que su mismo ser nos ha insuflado.
