■ No mirar ninguna pantalla la primera hora del día ni la última hora del día.
■ Apagar el teléfono antes de entrar en «flow». Tu actividad es lo más importante del mundo durante este tiempo que has elegido para ti. Si te parece demasiado, ponlo en modo nocturno de forma que sólo te puedan contactar las personas más cercanas en caso de emergencia.
■ Un día a la semana, hacer ayuno de dispositivos electrónicos. Por ejemplo, el sábado o domingo, haciendo excepción sólo con el kindle y el equipo de música.
■ Ir a una cafetería sin wifi.
■ Leer y responder e-mails sólo una vez o dos veces al día. Definir esas dos veces y cumplirlo.
■ Técnica pomodoro. Ponte un cronómetro de cocina al lado (algunas tienen forma de tomate) y comprométete a trabajar en una sola tarea durante ese tiempo. La técnica pomodoro recomienda 25 minutos y 5 minutos de descanso por cada ciclo, aunque también puede hacerse 50 minutos y 10 de descanso. Adapta los tiempos a tu propio ritmo; lo importante es cumplir cada ciclo pomodoro a rajatabla.
■ Inicia tu misión con un ritual que te guste y terminarla con una recompensa.
■ Entrena tu consciencia para volver al presente cuando notes que te distraes. Mindfulness, meditación, caminar, nadar o cualquier actividad que te ayude a centrarte.
■ Trabaja en un entorno sin personas que te puedan interrumpir. Si no puede ser en tu espacio habitual, ve a una biblioteca, una cafetería, a un estudio para tocar el saxofón… Si notas que hay cosas en tu entorno que te distraen, cambia hasta que encuentres el lugar ideal.
■ Divide cada actividad en grupos de tareas relacionadas y separa cada grupo en lugares y tiempos diferentes. Por ejemplo, para escribir un artículo para una revista, puedes investigar y tomar notas por la mañana en casa, escribir por la tarde en una biblioteca, y editar por la noche en el sofá.
■ Junta tareas rutinarias que puedas terminar a cierta hora del día. Por ejemplo, enviar facturas, hacer una llamada telefónica, etc.